Recuerdo que nada más llegar a la Moncloa, Aznar dijo que no
levantaría las alfombras (en referencia a la etapa de corrupción del Felipismo)...
¡¡ qué vergüenza!!! Mirar para otro lado, "hoy por ti, mañana por mí”.
La "cosa" no es de ahora, viene de muy lejos. La
famosa frase del filósofo de Maistre "cada pueblo tiene el gobierno que se
merece" es deprimente, pero en la mayoría de los casos real. La solución
sería, una utopía, mandar a lo más profundo de Mali y soltarlos allí para que
no vuelvan nunca jamás a los responsables de nuestra situación política y
económica, que peor casi no podría ser, empezando por todo el PSOE y el PP, los
partidos nacionalistas y los órganos constitucionales que han fallado
estrepitosamente, el Rey a la cabeza, al que podría acompañar toda su familia,
y los restantes órganos constitucionales, que sólo han demostrado incapacidad,
el TC que durante años no era capaz de sustituir a sus miembros fallecidos o
caducados, porque sus jueces eran más adictos a un partido que a la
Constitución, el Banco de España que sólo ha colaborado dócilmente en el
nefasto "ladrillo", y en fin, a toda la podredumbre culpable de este
desastre corrupto e incapaz.
La regeneración política debe venir en forma de una reforma
de la Ley Electoral, que permita una circunscripción única, que haga que cada
voto valga lo mismo, independientemente de dónde se emita, que permita listas
abiertas, que conlleva que los ciudadanos podamos elegir directamente al
político que queremos, lo que hace que se produzcan distintas corrientes,
nuevas ideas y propuestas en el seno de los partidos políticos, pero sobre
todo, que la vida política no se haga en la sede de los partidos, como ocurre
hoy en día, sino en el parlamento, como ocurre en los países anglosajones.
Y
todo ello, sin perjuicio de hacer una profunda reforma legislativa para poder
luchar de manera eficiente contra la corrupción y la incompetencia de los
políticos.
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