miércoles, 27 de febrero de 2013

Los admiradores del Fascismo


Los admiradores y grandes defensores del fascismo, solo lo dicen a escondidas aunque se les conoce por sus actos, ya algunos se están soltando la melena con la mayoría absoluta, solo hay que ver el poder que tiene el OPUS en el actual gobierno, y en ciertas comunidades. ¿Qué duda cabe que los que tenemos pertenecen a esa derecha fascista y son admiradores del Fascismo? y más aún con unos sindicatos de barriga llena.


Está claro que con esta mayoría absoluta de estos admiradores del fascismo estamos en una dictadura dentro de una supuesta democracia hecha a medida.

Los nuevos admiradores del fascismo, es una dictadura contra los que quieren el bienestar del pueblo, quieren destruir la vida y lo más bello del planeta y la Humanidad, es una dictadura contra los principios del obrero. Son criminales imperialistas a los que se les echó para no permitirles que vuelvan a implantar sus garras, pero han vuelto con el voto, hecho a medida en su democracia.
Nunca he visto un país libre, donde la democracia no pertenezca al pueblo. Somos un pueblo digno, generoso y solidario. Donde los ciudadanos no son mercancías sino la medida de todo, dónde la educación, la cultura y el arte son del pueblo, para el pueblo, para todos y no una mercancía más para los admiradores del fascismo.


En España y en los países admiradores del fascismo, son esas minorías que imponen sus voluntades sobre los pueblos, los explotan, los destruyen, los conducen a la destrucción. Eso son los admiradores del capitalismo, la libertad de unos pocos para exprimir a las personas, a las que tratan como ganados, como esclavos. Donde no hay libertad de expresión sino de empresa, todos los medios en manos de los admiradores tiranos del dinero, con mercenarios a sueldo que se autoproclaman periodistas que mienten para lavar la imagen de su amo al que sirven, intoxican por un mendrugo de pan.


Somos millones de prisioneros políticos porque luchamos por una verdad que es el pueblo, y no nos vamos a callar frente a los abusos de los admiradores fascistas poderosos, por ser justos e íntegros. Es lógico que seamos prisioneros políticos en las calles, nuestro ejemplo es un peligro para los admiradores del fascismo sátrapas que nos gobiernan.


Solo un simple fascista es incapaz de comprender que no hay peor admirador del fascismo que el que no sabe que lo es.


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