No en balde, dos de los nuevos altos cargos de la
Administración son una hija y un hermano del diputado nacional y secretario
general del PCE, José Luis Centella. alertadigital.com
Los chorizos que nos gobiernan, son el reflejo de las
mentalidades de los votantes que los eligen.
La revolución bien entendida empieza por uno mismo. Y en
este sentido, la nueva directora general de la Vivienda será Amanda Meyer, hija
de Willy Meyer, licenciada en Derecho. La consejería de Obras Públicas y
Vivienda, al frente de la cual está Elena Cortés, ha sido una de las que IU ha
conseguido en el pacto de Gobierno con el PSOE. (Elconfidencial.es).
Desgraciadamente aún estamos en el post-franquismo, donde el
enchufismo y la corrupción han sido y siguen siendo bases esenciales de nuestra
cultura y saber hacer. Todo lo que toca poder institucional, se “embarra” de
mierda y de corrupción.
Así que, unos más o menos, no alteran el producto, el orden
de los factores. Todo está por destruir y todo queda por construir, el franquismo
aún sigue vigente, y sus mierdas nos salpican a todos en todos los órdenes, políticos,
judiciales, culturales, sociales y económicos.
La solución o alternativa de un cambio revolucionario en
España ante tal magnitud de corrupción, y que está presente desde siglos atrás,
no está en manos de la derecha ni de la izquierda que nos gobierna en todos los
ámbitos de la administración, al menos en términos generales, salvando
excepciones.
Debe de hacerse un cambio de mentalidad, erradicar la genética del
Lazarillo de Tormes: “La picaresca”, propio de países latinos como España.
El nepotismo es una antigua prerrogativa de los clanes de
poder. De esa guisa garantizan el monolitismo de pensamiento es una estructura
jerárquica para garantizar obediencias. El honor de los Prizi supera en mucho a
las mafias de las administraciones de estado. Lo malo es que partidos que
nacieron de los anhelos de los pueblos machacados sigan las mismas rutinas que
otros precedentes representantes del sistema y no tengan más listón que el
cuantitativo de ocupar puestos de gobierno sin importarles ya la razón primera
por la que se dedicaron a la política.
Comunistas, como dijo J. Luis Sampedro que en paz descanse,
“cuando alcanzaron el poder elevaron a la enésima potencia las tropelías y
vilezas cometidas por aquellos a quienes sustituyeron”, y menos mal que sólo
gobiernan en algunos municipios y en la J.A. sino el latrocinio sería del
máximo nivel y ya es difícil superarlo.
Encima de pesados los comunistas van de decentes, honrados y
demócratas, cuando cada vez que pillan poder trincan más que los partidos
grandes y encima defienden “democracias” como Corea del Norte o Cuba. Pobres de
quienes caigan bajo la bota comunista.
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