PSOE: Un partido de barones para un tiempo de ciudadanos. elconfidencial.com
El PSOE no quiere tener muchos afiliados, prefiere ser un
grupo cerrado cuyos miembros se reparten el poder de las administraciones
públicas cuando consiguen gobernar, por eso cada vez son menos y están más
desconectados de la ciudadanía, como evidencia su agenda política, que lleva
años centrada en sus problemas internos y ha dejado pasar sin pronunciarse
sobre ellos los grandes problemas que España está afrontando.
Todos sus dirigentes
y la mayoría de los militantes son profesionales de la política, criados en la
cultura del aparato, sin otro bagaje curricular que el proporcionado por el
partido. Por eso cuando tocan poder son tan malos gestores, que no saben
cumplir un presupuesto ni un calendario. Por la misma causa no saben controlar
ni detectar a los malversadores y aprovechados que proliferan en su seno o que
se arriman al partido cuando gobierna.
Ahora proclaman en
voz alta su negativa a gobernar en coalición con el PP, porque saben que eso
sería su debacle electoral, pero que nadie dude de que haya gobierno PP-PSOE si
Merkel lo ordena y si los que de verdad mandan en este país así lo deciden.
El modelo andaluz, que ahora abandera Susana Díaz, no es
exportable al norte de Despeñaperros, en donde genera rechazo. La fórmula
clientelar y de dar migajas a los pobres, lo único que ha logrado es añadir un
caciquismo socialista al tradicional de los señoritos andaluces, sin que la
sociedad haya salido de su atraso y sin que el pueblo se haya beneficiado
realmente (salvo los corruptos y aprovechados, que tan fácil lo han tenido).
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